"La capacidad de la humanidad para trabajar fibras naturales para la cestería fue uno de los fundamentos para el desarrollo de la actividad humana. Permitió el transporte y la conservación de los productos y los hizo menos dependientes de la naturaleza y de las condiciones locales".
Los habitantes originales de Fuerteventura – los Mahos - conocían los beneficios y la tecnología de la utilización de fibras naturales para cestas y bolsas. Por aquel entonces utilizaban mayormente hojas de palma y caña. La colonización de las Islas Canarias trajo nuevas tecnologías de transformación y fabricación.
Fundamentalmente, existen dos técnicas: la torsión y la técnica de espiral.
Las plantas de caña (Juncus acutus Link) se secaban durante aproximadamente dos semanas, después se aplastaban para obtener una fibra flexible o se cortaban longitudinalmente en dos. Las fibras trituradas se utilizaban para hacer cestas más suaves utilizando la técnica en espiral y las fibras cortadas se utilizaban para hacer cestas rígidas.
De las hojas de palma solamente se utilizaba el tallo central (Pírgano), ya que tenía la fuerza necesaria para poder elaborar cestas de tamaño mediano. Se cortaban longitudinalmente en dos o en cuatro después de sumergirlos en agua durante un par de días. Las cestas gruesas se elaboraban con tallos medianos utilizando técnicas de torsión estándar.
La demanda histórica de cestas en Fuerteventura se generó por las actividades agrícolas y de pesca, por el uso doméstico y por la industria de la construcción y la tiza. Las cestas más pequeñas se denominaron "cestos" y, las más grandes y gruesas "cestas".
Michel
Fuente:
"Estudio etnográfico de la cestería y Trabajos en fibra Vegetales en Canarias" - Juan García - Depto. de Artesanía - Cabildo de Fuerteventura.