Las emisiones de fotones muestran un patrón cíclico: día/noche, semana, quincena, mes, 80 días y 270 días. La investigación demostró que hay coherencia en las emisiones de la mano izquierda y la derecha, y que cualquier excedente se emite para alcanzar el equilibrio. Las personas que padecían una enfermedad emitían menos luz y con menor coherencia. Parece que hay datos suficientes para respaldar la conclusión de que cualquier alteración en el patrón de emisión de luz -cantidad y coherencia- de un organismo vivo es señal de una enfermedad. La comunicación interna entre las células del organismo está perturbada. El fotoanálisis de plántulas de pepino y patatas mostró que éstas emitían una luz de una coherencia sin precedentes, lo que parece llevar a la conclusión de que debe haber algún tipo de comunicación interna sofisticada entre todas estas células, incluso a este nivel de desarrollo evolutivo. La foto-coherencia no sólo funciona en el interior de un organismo, sino también fuera de él, entre organismos vivos, como una forma más de coordinación y comunicación. Se administró un extracto del muérdago a una joven que padecía cáncer y al cabo de un año se curó totalmente porque el extracto hizo que el tumor volviera a emitir un patrón normal de emisión de fotones. El equilibrio fotón-emisión se había normalizado.
Cuanto más sofisticados son los equipos de los que disponemos para estudiar nuestro entorno -de cerca y de lejos-, descubrimos novedades sorprendentes que dejan obsoletas las conclusiones anteriores. ¿Por qué iba a ser diferente en el caso de la vida?
Michel Robeers